lunes, 4 de mayo de 2009

3ª Caminata de Monteagudo


El pasado sábado participé en la Tercera Caminata Ruta de los Tres Altos, en Monteagudo del Castillo. Algo más de un centenar de participantes para completar uno de los dos recorridos propuestos. El día muy agradable y soleado, pero la mañana más bien fresca, tanto que los coches que vimos en el recorrido hasta llegar a Monteagudo estaban cubiertos de una buena escarcha. El termómetro apenas marcaba un grado sobre cero en el alto de Castelfrío y mientras recogíamos la acreditación en la plaza de la Iglesia lo cierto es que echaba de menos el gorro para taparme las orejicas.

Siendo poco más de las 8 de la mañana se dio la salida, para dirigirnos al sur por el Barranco de la Hoz hacia la zona de pastos de "la Dula". Grandiosa planicie donde se concentraba el ganado del pueblo. Últimamente conocido porque se quería construir un campo de golf.
Desde allí se inició la primera subida llaneando por las lomas de Valdespino hasta llegar a la Majada Redonda, hendidura en el terreno de forma circular, en donde se encontraba el primer avituallamiento. A 1.628 metros de altitud.
Poco después un fuerte descenso nos condujo hasta la masada el Portero, en donde un gran rebaño de vacas pastaba ajeno a nuestra visita. Allí está el cruce que desviaba los dos itinerarios, el largo nos condujo por la pista de Las Moratillas a una masada en ruinas, el Caseto Lucio, con unas magníficas vistas de la muela de Gúdar. Es el segundo avituallamiento de la jornada. Nos informan de que todavía nos faltan dos fuertes pendientes. Así es que nos "aclimatamos" con unas rodajas de chorizo y longaniza acompañadas de buen vino tinto, por si acaso.

Una pista, siempre rodeados de pinos y pastizal, nos condujo posteriormente a campo a través al Cerro desde el que se divisan los 7 lugares: Monteagudo, El Pobo, Ababuj, Aguilar, Allepuz, Gúdar y Cedrillas. Estábamos nuevamente a 1.644 metros de altitud, y con un cielo y unas panorámicas espléndidos. Nuevo descenso y nueva subida nos llevaron hasta el cerro San Cristóbal, en donde se encuentra un vértice geodésico y también se divisan los siete pueblos.

Desde allí descendemos en zig-zag, cruzamos la carretera que va a Cantavieja y un tercer avituallamiento nos encamina de nuevo a Monteagudo. por pista suave, pasando al lado del cementerio. La sorpresa final consistió en que la organización preparó un almuerzo de güevos fritos con jamón, recién hechos, conforme íbamos llegando. Muchas gracias al cocinero y cocinera. Huevos como deben ser, con puntillas y en su punto.

Desde aquí quiero felicitar a los amigos del pairón por su trabajo y su amabilidad, al igual que a todas las gentes de Monteagudo. Un día perfecto en todo. Termino colocando la foto de la andarina, en proyecto, más joven de Monteagudo. Y animo a quienes leáis esta reseña a participar el año próximo.

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